Sus ojos eran mi única compañía aquella noche. A pesar de eso, esa noche parecía más iluminada que cualquier otra.
Aquellos ojos invadían todo mi ser, era una mirada que parecía tan inocente y a la vez era tan penetrante que en el fondo se le notaba un brillante toque de malicia. Ese toque de malicia que hacía combinación perfecta con sus labios, labios tan rosados y perfectos que ella mordía a placer. Verla morder sus labios era toda una tentación.
Pero sin duda alguna lo que más podía enamorar de ella era esa encantadora sonrisa. Una sonrisa que podía hacerte olvidar el mundo y quedarte viviendo en ella.
Es increíble como una mujer puede lograr lo que quiere con solo gestos de su rostro, gestos que pueden dominar a cualquiera...
... Es increíble lo que puede lograr ella.
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