Los silencios se entonan en las letras más punzantes, haciendo eco en las miradas más profundas. Miradas llenas de vacío, vacío que se agrieta al ser penetrado por cada letra, grietas que terminan por romper en un inmerso mar de sentimientos que se tornan de un salado sabor al salir en cada gota que se desliza por nuestro rostro.
Los pasos forman melodías en esas huellas que divagan entre la realidad y la ilusión, pasos que comienzan a moverse por si solos sin motivos que los ataran a un cuerpo ni tan siquiera una sombra a la cual seguir. Pasos que caminan en sentido ciego, que leen en braille esas huellas que aún no saben si estar o desaparecer, y terminan formando parte de aquella partitura que estos ojos vacíos no saben leer.
Y ya sin miradas ni pasos que dar terminó allí clavado aquél árbol, tocando las más lúgubres notas con el viento entre sus ramas, haciendo melodías entre sus arrugas; armonía todo él. Una cárcel de sentimientos sin expresar, sentimiento que sólo en ciertos parajes el viento se podía robar, dejando escapar una hoja que pudiera ser hogar de una nueva partitura.
Que hermosura de texto. Cada vez me sorprende que tu creatividad no tiene limite alguno. Te quiero mucho mi Williams
ResponderEliminarMuchísimas gracias Isa, espero seguirte sorprendiendo y que no se acabe esa creatividad. También te quiero y aprecio mucho.
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