¿Fuiste o eres? Creo que nunca lo sabré.

Fuiste la inspiración de aquellas letras que, aunque parecieran simples palabras estaban llenas de un sentimiento que nos habitaba cada rincón de la mirada. Se dice que fuiste y no sé si lo sigan siendo.

Porque aún cada palabra antes de ser verso pasa por tu nombre. Porque incluso los recuerdos se aferran a ti para ser, para estar y para fluir en cada lágrima que llena el papel.

Fuiste musa de caminos que yacían dibujados por la eternidad en nuestras manos, manos que se entrelazaron para dejar un par de almas huir hacia su inerte destino.

Y aunque fuiste nunca dejaste de ser, siguiendo un sendero en pasos vacíos, llevando contigo esas manos llenas de nada, dejando tu alma habitando toda mi eternidad.

Y entre tantas mentiras y verdades, ilusiones y realidades nunca supe si en realidad fuiste, si en realidad eres. 


Si en realidad estuviste aquí, o estuviste sólo dentro de los párpados como un montón de silencios más que no supe descifrar. 


Silencios en los que me perdí y en los que inconscientemente creí amar sin saber quienes eramos en realidad: 

Una musa de la imaginación y un escritor de cartón.