viernes, 20 de enero de 2012

Enamorado del tiempo.

Era él un chico que se había mudado muy pequeño de la capital del país a la capital de aquel estado, su nombre era David. Ella era una chica que venía de un pueblo de aquel estado, también a vivir a la capital.
 
Un día quizá por cosas del destino o simple casualidad un amigo del chico lo invita a una fiesta en el colegio donde aquél estudiaba, colegio en el cuál justo ese año había comenzado a estudiar aquella chica. Allí fue dónde él la vió por primera vez, aquella linda chica de piel blanca, ojos marrones, cabello oscuro y una ortondoncia que dejaba ver una hermosa sonrisa detrás. Él no se imaginaba que podría ocurrir en su corazón más adelante con aquella chica tan linda que en ese momento se veía incalzable, mucho más sabiendo que era la chica que le gustaba a uno de sus amigos. Él le preguntó a su amigo el nombre de aquella chica, aquel le responde: "ella es Cristina".

Luego de esa ocación no había tenido oportunidad de volver a ver a aquella chica e incluso no había prestado demasiado atención a ella aquel día.

 Los 2 años siguientes él siguió yendo, invitado por su amigo a las fiestas del colegio. Ese último año en el que asistió era justo el año de graduación de Cristina, así que tenían otra fiesta preparada en casa de ella, fue allí cuando después de 2 años se hablaron por primera vez. David se sentía emocionado en esta ocación mucho más que aquella primera vez ya que ellos había tenido contacto y cruzado palabras pero nunca en persona; era su momento. Al chico le fue bien, pudo conocer a la chica y pasar un rato agradable con ella.

Con el pasar de los meses ellos habían tenido mucho más contacto, no personalmente sino por internet. Él ya se sentía muy atraido por ella. Eran los gestos, la personalidad o quizá el sólo sonreír de aquella chica lo que comenzaba a atar a este muchacho. El tiempo pasó rápido y al fin llegó el momento de la fiesta de graduación de Cristina, para él una nueva oportunidad de verla y hablar, pero esta vez con un sentimiento abordo. Fue una fiesta espectacular: luces, música, alcohol y gente en la pista, todo bien excepto que el chico no tuvo la oportunidad de hablar con la chica.

Entre la siguiente elección de cupos para la universidad le tocó el turno a ella de entrar a ese mundo, mundo donde se volverían a encontrar...

No pasaría mucho tiempo para que se vieran, ya que los caprichosos pasillos de aquella universidad siempre los cruzaban. Pasó así al menos la primera parte del semestre ya que luego no volvieron a encontrarse, algo similar el semestre siguiente en el que sólo se vieron cuando ya terminaba y allí, después de unos meses sin verse volvió a surgir aquel sentimiento que se mantenía escondido en el corazón de ese chico.

Finalizado ese semestre llegaron otros dos meses de vacaciones, meses que se le hicieron eternos a David que ya no podía dejar de pensar en Cristina. Pero no todo podía ser tan perfecto, ¿Que ya la pudiera ver a diario así porque sí? ¿Tan perfecto todo? Pués no, la mala noticia era que la chica ahora tenía novio y pués el novio era... ¿Cómo definirlo? Un muchacho con gran masa corporal, sin duda con más musculo en el cuerpo que en la cabeza, un tonto que creía saberselas todas y tener el mundo en sus manos llamado: "Samuel".

Sam no parecía para nada un chico inteligente habiendo reprobado ya en varias ocasiones tenía mucho tiempo libre para estar vigilando a Cristina, cosa nada favorable para David que seguía luchando por conseguir la atención de la chica. Con el pasar del tiempo David fue ganandose a Cristina con detalles de esos a los que muchas mujeres en la actualidad llaman "cursilerías", le escribía versos, regalaba dulces y dedicaba canciones. Cristina comenzó a sentirse confundida, porque se sentía muy bien con David pero por alguna razón no podía dejar a Sam, ya fuera por temor o costumbre no podía dejarlo.

David aprovechaba cada instante con ella para cortejarla y hacerla sentir como ella merecía. Ella poco a poco fue, quizás sin querer correspondiendo al sentimiento de David hasta que algo irremediable sucedió; una noche mientras dormía surgió aquel primer beso entre Cristina y David, más que un sueño era un sentimiento que pedía salir.

A las pocas semanas de ese sueño Cristina le contó a David que había terminado su relación con Sam sin dar razones (aunque David no las necesitaba) sólo así. Él atónito, lo único que hizo fue abrazarla fuerte e irse con ella caminando hacía ese vacio que esperaba construir en futuro con la chica que llevaba de su mano.

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